La historia del Congreso Panamericano del Niño, la Niña y Adolescentes se origina muchos años antes de la creación del propio Instituto Interamericano del Niño.
A principios del siglo XX, comenzaron a realizarse en Europa congresos internacionales para tratar temas relativos a la niñez, práctica que más adelante se extendió también a América. Es así que en 1910 se celebró en Buenos Aires, Argentina el Congreso Científico Internacional, en el que se aprobó la propuesta para la realización del Congreso Americano del Niño bajo los auspicios de la Sociedad Científica Argentina.
El 30 de octubre de 1915, en la misma ciudad, una Asamblea Extraordinaria de adherentes resolvió que, en conmemoración del centenario de la Independencia Argentina, se convocara al Primer Congreso Panamericano del Niño, que tuvo siete secciones: derecho, higiene, psicología, educación, asistencia a la madre y al niño, sociología y legislación industrial.
El segundo Congreso Panamericano del Niño se realizó en Montevideo en 1919 y se aprobó el proyecto presentado por el Dr. Luis Morquio para la creación de una Oficina Internacional Americana de Protección a la Infancia.
El tercero tuvo lugar en Río de Janeiro, Brasil, en 1922, y en esa oportunidad el Dr. Luis Morquio insistió en la importancia de la fundación de dicha oficina. Dos años después, en el cuarto Congreso realizado en Santiago de Chile se nombró una comisión que negoció con el Consejo Nacional de Administración del Uruguay la creación de la Oficina Internacional Americana del Niño, actual Instituto Interamericano del Niño, la Niña y Adolescentes.
En el año 1927, en el quinto Congreso llevado a cabo en Cuba, se inauguró el entonces denominado Instituto Internacional Americano de Protección a la Infancia el cual pasaría a incorporarse formalmente a la OEA el 22 de abril de 1949, manteniendo hasta la fecha su sede original en la ciudad de Montevideo, Uruguay.
Los Congresos que sucedieron al de 1927 se celebraron en las siguientes sedes: Perú (1930), México (1935 y 2004), USA (1942 y 1984), Venezuela (1948), Panamá (1955), Colombia (1959), Argentina (1963 y 1999), Ecuador (1968), Chile (1973), Uruguay (1977), y Costa Rica (1993).
Han pasado más de noventa años desde aquel Primer Congreso Panamericano del Niño realizado en Argentina. Lo que se constata es que el foco y el esfuerzo de los Estados se han centrado en trabajar de manera conjunta en la mejoría de las condiciones y de la calidad de vida de los niños, niñas y adolescentes de las Américas. Aún cuando las temáticas y enfoques conceptuales para el abordaje del trabajo con la niñez y adolescencia se han ido modificando en función de las transformaciones sociales, políticas, culturales y económicas de América, de los avances en materia de acuerdos internacionales en el ámbito de los derechos humanos y de las demandas de los propios Estados miembros en el ámbito de políticas públicas e infancia, donde la Convención de los Derechos del Niño marca un hito fundamental.
En el marco de la celebración de los 20 años de la Convención de los Derechos del Niño, los Estados Miembros acordaron que este XX Congreso Panamericano, era la instancia precisa para realizar un análisis sobre los avances y plantear recomendaciones en aquellos ámbitos considerados fundamentales para el desarrollo de las políticas públicas hacia la infancia y adolescencia, en el marco del enfoque de derechos.
En este contexto, los ejes temáticos que se tratarán en este evento están relacionados con las políticas públicas en los sistemas de protección integral, con la participación de los niños, niñas y adolescentes en la construcción de ciudadanía y su incidencia en las acciones que desarrollan los Estados y, finalmente, con el desarrollo de la cooperación internacional, regional y bilateral en el fortalecimiento de las políticas hacia la infancia.
El tema participación de los niños, niñas y adolescentes ha sido relevado en el XX Congreso por la incidencia que tiene una efectiva participación ciudadana en las políticas públicas. Es por ello que se realizará el Primer Foro Panamericano de Niños, Niñas y Adolescentes, que acompañará al Congreso y se constituye en un espacio de reflexión e intercambio de experiencias entre los propios participantes y entre ellos y los representantes de los Estados Miembros, esperando que este dialogo fortalezca aún más el compromiso por el desarrollo de la niñez y adolescencia de América.
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