El siguiente
es el texto completo de la Declaración de Principios
suscrito por los Jefes de Estado y de Gobierno asistentes
a la Segunda Cumbre de las Américas:
Declaración
de Santiago
Nosotros,
los Jefes de Estado y de Gobierno de los países de las Américas
elegidos democráticamente, nos hemos reunido en Santiago,
Chile, con el fin de continuar el diálogo y fortalecer la
cooperación que iniciamos en Miami en diciembre de 1994.
Desde entonces, se ha logrado un progreso significativo en
la formulación y ejecución de proyectos y programas
conjuntos para aprovechar las grandes oportunidades que se
nos presentan. Reafirmamos nuestra voluntad de continuar
en esta trascendental empresa, que requiere de esfuerzos
nacionales progresivos y de una dinámica cooperación
internacional.
El
fortalecimiento de la democracia, el diálogo político,
la estabilidad económica, el progreso hacia la justicia
social, el grado de coincidencia en nuestras políticas de
apertura comercial y la voluntad de impulsar un proceso de
integración hemisférica permanente, han hecho que
nuestras relaciones alcancen mayor madurez. Redoblaremos
nuestros esfuerzos para continuar las reformas destinadas
a mejorar las condiciones de vida de los pueblos de las Américas
y lograr una comunidad solidaria. Por ese motivo, hemos
decidido que la educación sea un tema central y de
particular importancia en nuestras deliberaciones.
Aprobamos el Plan de Acción anexo, comprometiendo nuestro
esfuerzo para llevar adelante las iniciativas en él
contenidas.
Desde
nuestra reunión en Miami, hemos alcanzado beneficios económicos
reales en las Américas como resultado de un mayor grado
de apertura comercial, de transparencia en las
reglamentaciones económicas, de políticas económicas sólidas
consistentes con una economía de mercado, además de los
esfuerzos efectuados por el sector privado para aumentar
su competitividad. Aún cuando algunos países de la región
han sido afectados por presiones financieras y otras
dificultades económicas, junto con los severos
contratiempos económicos que han sufrido ciertas naciones
de otras regiones, la tendencia general en las Américas
ha estado marcada por un crecimiento económico más rápido,
menores índices de inflación, mayores oportunidades y
confianza al insertarse en el mercado globalizado. En gran
medida, estos logros se deben a los esfuerzos sostenidos
en favor de la cooperación desplegados por nuestros países
con el fin de fomentar la prosperidad mediante una mayor
integración y apertura en la esfera económica. Se han
formado nuevas asociaciones mientras que las ya existentes
se han fortalecido y ampliado. Los acuerdos subregionales
y bilaterales de integración y libre comercio están
desempeñando un papel positivo. Tenemos confianza en que
el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) mejorará
el bienestar de nuestros pueblos, incluyendo a las
poblaciones en desventaja económica en nuestros
respectivos países.
La
integración hemisférica constituye un complemento
necesario de las políticas nacionales para superar los
problemas pendientes y obtener un mejor grado de
desarrollo. Un proceso de integración en su concepto más
amplio, permitirá, sobre la base del respeto a las
identidades culturales, configurar una trama de valores e
intereses comunes, que nos ayude en tales objetivos.
La
globalización ofrece grandes oportunidades para el
progreso de nuestros países y abre nuevos campos de
cooperación para la comunidad hemisférica. Sin embargo,
puede también incidir en un aumento de las diferencias
entre los países y al interior de nuestras sociedades.
Firmemente decididos a aprovechar sus beneficios y a
enfrentar sus retos, otorgaremos especial atención a los
países y grupos sociales más vulnerables de nuestro
Hemisferio.
La educación
constituye el factor decisivo para el desarrollo político,
social, cultural y económico de nuestros pueblos. Nos
comprometemos a facilitar el acceso de todos los
habitantes de las Américas a la educación preescolar,
primaria, secundaria y superior, y haremos del aprendizaje
un proceso permanente. Pondremos la ciencia y la tecnología
al servicio de la educación, para asegurar grados
crecientes de conocimiento y para que los educadores
alcancen los más altos niveles de perfeccionamiento. El
Plan de Acción que acompaña a esta Declaración define
los objetivos y metas que nos hemos propuesto y las
acciones para hacerlas realidad. Para lograr nuestros propósitos
en los plazos convenidos, reafirmamos nuestro compromiso
de invertir mayores recursos en esta importante área,
como asimismo de impulsar la participación de la sociedad
civil en el desarrollo educativo.
Las
decisiones de nuestros Ministros de Educación en la
Conferencia de Mérida, México, en febrero de este año,
responden a nuestra voluntad de impulsar iniciativas
conjuntas y concretas destinadas a mejorar el acceso a la
educación con equidad, calidad, pertinencia y eficacia.
Para dar continuidad y consolidar nuestras resoluciones,
hemos dispuesto que celebren una nueva Conferencia, que se
efectuará en la ciudad de Brasilia, Brasil, en el mes de
julio de este año.
Hoy
instruimos a nuestros Ministros Responsables del Comercio
que inicien las negociaciones correspondientes al ALCA de
acuerdo con la Declaración Ministerial de San José, de
marzo de 1998. Reafirmamos nuestra determinación de
concluir las negociaciones del ALCA a más tardar en el año
2005 y a lograr avances concretos para finales del
presente siglo. El acuerdo del ALCA será equilibrado,
amplio y congruente con la Organización Mundial de
Comercio (OMC), y constituirá un compromiso único.
Hemos
observado con satisfacción el trabajo preparatorio
realizado por los Ministros Responsables del Comercio
durante los últimos tres años, lo cual ha fortalecido
nuestras políticas comerciales, ha fomentado la comprensión
de nuestros objetivos económicos y ha facilitado el diálogo
entre todos los países participantes. Valoramos la
importante contribución del Banco Interamericano de
Desarrollo (BID), la Organización de Estados Americanos
(OEA) y la Comisión Económica de las Naciones Unidas
para América Latina y el Caribe (CEPAL), en su calidad de
Comité Tripartito.
El proceso
de negociación del ALCA será transparente, y tomará en
cuenta las diferencias en los niveles de desarrollo y en
el tamaño de las economías de las Américas, con el fin
de generar oportunidades para la plena participación de
todos los países. Alentamos a todos los sectores de la
sociedad civil a participar y a contribuir en el proceso
de manera constructiva, por medio de nuestros respectivos
mecanismos de diálogo y consulta, y mediante la
presentación de sus puntos de vista a través del
mecanismo creado en el proceso de negociación de ALCA.
Creemos que la integración económica, la inversión y el
libre comercio son factores claves para elevar el nivel de
vida, mejorar las condiciones laborales de los pueblos de
las Américas y lograr una mejor protección del medio
ambiente. Estos temas se tomarán en consideración a
medida que avancemos en el proceso de integración económica
en las Américas.
La Región
ha logrado avances significativos tanto en política
monetaria y fiscal como en materia de estabilidad de
precios y en la apertura de nuestras economías. La
volatilidad de los mercados de capitales confirman nuestra
decisión de fortalecer la supervisión bancaria en el
Hemisferio, así como establecer normas en materia de
divulgación y revelación de información para bancos.
La fuerza y
sentido de la democracia representativa residen en la
participación activa de los individuos en todos los
niveles de la vida ciudadana. La cultura democrática debe
llegar a toda nuestra población. Profundizaremos la
educación para la democracia y promoveremos las acciones
necesarias para que las instituciones de gobierno se
conviertan en estructuras más participativas. Nos
comprometemos a fortalecer las capacidades de los
gobiernos regionales y locales, cuando proceda, y a
promover una participación más activa de la sociedad
civil.
El respeto
y promoción de los derechos humanos y de las libertades
fundamentales de todos los individuos constituye una
preocupación primordial de nuestros gobiernos. Al
conmemorar el Cincuentenario de la Declaración Americana
de los Derechos y Deberes del Hombre y de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, concordamos en la
necesidad de promover la ratificación e implementación
de los acuerdos internacionales destinados a
salvaguardarlos y de seguir fortaleciendo las
instituciones nacionales e internacionales pertinentes.
Coincidimos en que una prensa libre desempeña un papel
fundamental en la materia y reafirmamos la importancia de
garantizar la libertad de expresión, de información y de
opinión. Celebramos la reciente constitución de un
Relator Especial para la Libertad de Expresión, en el
marco de la Organización de los Estados Americanos.
Convencidos
que una administración de justicia independiente,
eficiente y eficaz, juega un papel esencial en el proceso
de consolidación de la democracia; fortalece su
institucionalidad; garantiza la igualdad de todos sus
ciudadanos; y contribuye al desarrollo económico,
reforzaremos nuestras políticas de justicia e
impulsaremos aquellas reformas que sean necesarias para
promover la cooperación jurídica y judicial. Para tales
efectos, fortaleceremos las entidades nacionales dedicadas
a estudios sobre la administración de justicia e
impulsaremos el establecimiento de un centro hemisférico
de estudios sobre la materia.
Combatiremos
todas las formas de discriminación en el Hemisferio. La
igualdad de derechos y de oportunidades entre mujeres y
hombres, con el objetivo de asegurar una participación
dinámica de la mujer en todos los ámbitos del quehacer
de nuestros países, constituye una tarea prioritaria.
Seguiremos auspiciando la plena integración a la vida política
y económica de las poblaciones indígenas y de otros
grupos vulnerables, respetando las características y
expresiones que afirmen su identidad cultural.
Desplegaremos especiales esfuerzos para garantizar los
derechos humanos de todos los migrantes, incluidos los
trabajadores migrantes y sus familias.
La superación
de la pobreza sigue siendo el reto más grande al que se
enfrenta nuestro Hemisferio. Estamos conscientes de que el
crecimiento positivo observado en las Américas en los últimos
años no ha solucionado todavía los problemas de
inequidad y exclusión social. Estamos decididos a
eliminar las barreras que niegan a los pobres el acceso a
la nutrición adecuada, a los servicios sociales, a un
medio ambiente sano, al crédito y a los títulos legales
de sus propiedades. Proporcionaremos un mayor apoyo a las
micro y pequeñas empresas, promoveremos las normas
laborales fundamentales reconocidas por la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) y utilizaremos nuevas
tecnologías para mejorar las condiciones de salud de
todas las familias en las Américas, con el apoyo técnico
de la Organización Panamericana de la Salud (OPS),
logrando mayores niveles de equidad y desarrollo
sostenible.
Con
profunda satisfacción, constatamos que la Paz, valor
esencial para la convivencia humana, es una realidad en el
Hemisferio. Destacamos el establecimiento de Centroamérica
como una zona de paz, democracia y desarrollo y
reconocemos los esfuerzos para la eliminación de las
minas antipersonal y la rehabilitación de sus víctimas.
Continuaremos fomentando la confianza y la seguridad entre
nuestros países a través de medidas tales como las señaladas
en las declaraciones de Santiago y San Salvador sobre
Medidas de Fomento de la Confianza y la Seguridad.
Alentamos la solución pacífica de las controversias.
Daremos
nuevo impulso a la lucha contra la corrupción, el lavado
de dinero, el terrorismo, el tráfico de armas y el
problema de las drogas, incluyendo el uso indebido.
Asimismo, trabajaremos conjuntamente para asegurar que los
delincuentes no encuentren un refugio seguro en ninguna
parte del Hemisferio. Estamos determinados a continuar por
este camino.
Al forjar
una alianza contra las drogas y al aplicar la Estrategia
Hemisférica contra las Drogas, acogemos con beneplácito
el inicio de las negociaciones formales en la reunión de
la Comisión Interamericana para el Control de Abuso de
Drogas (CICAD), a celebrarse el 4 de mayo próximo en
Washington, en el marco de la Organización de los Estados
Americanos (OEA), a fin de establecer un procedimiento
objetivo para evaluar multilateralmente las acciones y la
cooperación destinadas a prevenir y combatir todos los
aspectos del problema de las drogas y sus delitos conexos,
que esté basado en los principios de soberanía,
integridad territorial de los Estados, responsabilidad
compartida y con un enfoque integral y equilibrado.
Reforzaremos
los esfuerzos nacionales, hemisféricos e internacionales
para la protección del medio ambiente como base de un
desarrollo sostenible que permita al ser humano una vida
sana y productiva en armonía con la naturaleza. Los
compromisos contraidos en la Cumbre de Miami y en la
Cumbre sobre Desarrollo Sostenible realizada en Santa Cruz
de la Sierra, Bolivia, constituyen una sólida base para
profundizar nuestras acciones. Como Partes del Convenio
Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático,
subrayamos la importancia de trabajar en conjunto para
avanzar en el cumplimiento del acuerdo alcanzado en la
Conferencia de Kyoto, Japón, y promover su ratificación
en nuestros países. Asimismo, cooperaremos estrechamente
en la preparación de la Conferencia de las Partes que se
celebrará en noviembre de este año en Buenos Aires,
Argentina.
Reconocemos
que el desarrollo de vínculos energéticos entre nuestros
países y la intensificación del comercio en el sector
energía, fortalecen e impulsan la integración de las Américas.
La integración energética, basada en actividades
competitivas y transparentes, y de acuerdo con las
condiciones y objetivos nacionales, contribuye al
desarrollo sostenible de nuestras naciones y al
mejoramiento de la calidad de vida de nuestras poblaciones
procurando un mínimo impacto en el ambiente.
Reconociendo
la importancia y el positivo papel que han jugado las
instituciones hemisféricas, particularmente la
Organizacion de los Estados Americanos (OEA), instruimos a
nuestros respectivos Ministros para que examinen la forma
de fortalecer y modernizar dichas instituciones.
Reiteramos
nuestra voluntad de seguir profundizando el diálogo y la
cooperación interhemisférica en el marco de amistad y
solidaridad que anima a nuestras naciones.
Hecha en
Santiago, Chile, a los 19 días del mes de abril de 1998,
en los idiomas español, francés, inglés y portugués. |