IV
Reunión Ministerial Americana sobre Infancia y Política Social Lima - Perú, 25-28 Noviembre, 1998 |
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"ACUERDO DE LIMA" Los Ministros y Representantes de los Gobiernos participantes en la Cuarta Reunión Ministerial de las Américas sobre Infancia y Política Social, realizada en la ciudad de Lima, Perú, los días 25 a 27 de Noviembre de 1998; Considerando: Que el desarrollo de nuestras Naciones y su destino están íntimamente ligados al bienestar de los niños, y niñas, y adolescentes, hombres y mujeres de la generación presente; Que es necesario continuar reforzando la inversión social y la lucha contra la pobreza para reducir las grandes desigualdades existentes entre la niñez de los países de la región, en el marco de una igualdad de oportunidades y la promoción de un desarrollo humano sostenible y sustentable; Que los Gobiernos del hemisferio han manifestado su compromiso de alcanzar las Metas de la Cumbre Mundial en Favor de la Infancia (1990), las que se han reiterado y ampliado en las Reuniones Ministeriales de seguimiento de la Cumbre llevadas a cabo en México (Declaración de Tlatelolco, 1992), Colombia (Compromiso de Nariño, 1994) y Chile (Acuerdo de Santiago, 1996); Que los Gobiernos del hemisferio han manifestado además su compromiso de implementar los acuerdos de la Conferencia Mundial de Derechos Humanos de Viena (1993), la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo de El Cairo (1994), la Cumbre Mundial de Desarrollo Social de Copenhagen (1995) y la IV Conferencia de la Mujer de Beijing (1995), en los cuales los Estados han coincidido en la necesidad de priorizar la atención a los grupos más vulnerables; Que mayoritariamente los países de la Región han ratificado la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, la que se constituye en el marco ético y jurídico para la formulación e implementación de políticas públicas en favor de la infancia y la adolescencia; Que la mayoría de los países ha ratificado la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer, la misma que establece acciones específicas para la formulación e implementación de políticas públicas en favor de la niña y la mujer y la construcción de la equidad de género desde la niñez; Que el Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas utiliza el cumplimiento de las Metas de la Cumbre -con sus adaptaciones a nivel de regiones y países- como uno de los indicadores del progreso en el cumplimiento de los derechos de los niños, niñas y adolescentes; Que persisten diferencias significativas entre los países de la Región y al interior de los mismos, en especial entre las áreas urbanas y rurales, referentes al asociadas al acceso limitado de información adecuada sobre la supervivencia, protección y desarrollo del niño, y la niña y adolescente, en el contexto de la familia y de la comunidad; Que se han alcanzado notables progresos en el cumplimiento de las Metas relacionadas con la reducción de la mortalidad infantil y de menores de 5 años, la mortalidad relacionada con las infecciones respiratorias y la diarrea, la desnutrición moderada y grave, la anemia por deficiencia de hierro y el bajo peso al nacer; y en la eliminación virtual de los desórdenes por deficiencia de yodo y vitamina A, la poliomielitis, el sarampión y el tétanos neonatal; y en el aumento del acceso a todos los niveles de la educación y a información y servicios de salud sexual y reproductiva; Que el avance no ha sido significativo en el reconocimiento del niño, niña y adolescente como sujetos plenos de derechos comenzando con el oportuno registro de su identidad y el respeto a la diversidad cultural; Que los progresos no han sido de la magnitud y calidad esperada para alcanzar las Metas en las áreas relacionadas con: la mortalidad materna y o-perinatal, la calidad y el acceso a los la calidad y acceso de los servicios de salud, la atención a la niña y la mujer, el maltrato y la violencia intrafamiliar, la niñez víctima de la violencia, el pandillaje adolescente infractor y contraventor de la ley penal, el trabajo de niños, niñas y adolescentes, la explotación sexual comercial prostitución y la pornografía infantil, el consumo de drogas, el embarazo precoz no deseado, la calidad educación y, la alfabetización de adultos, la cobertura y la calidad de los servicios de agua potable y saneamiento; , el registro de los niños y adolescentes así como su respeto como sujetos de derecho, en la cobertura y la calidad de los servicios de agua potable y saneamiento. Que la sostenibilidad de los logros en la reducción de la pobreza, y en especial en el adecuado desarrollo de la infancia, requiere que las agendas de desarrollo de los países establezcan la integración de las políticas sociales y económicas; Que contar con metas claramente definidas y aceptadas por los países ha demostrado ser un elemento eficaz para orientar los esfuerzos de nuestros Estados en mejorar las condiciones de vida de la infancia e incrementar el capital humano que demanda el desarrollo económico y social; Que el cumplimiento de las Metas es una responsabilidad de cada país, que no puede lograrse plenamente sin el empeño y esfuerzo colectivo de la comunidad internacional y el desarrollo de la cooperación con el sector privado y el no gubernamental; Que las reuniones regionales de seguimiento al Plan de Acción Mundial en Favor de la Infancia constituyen mecanismos importantes para consolidar los procesos de institucionalización y ejecución de políticas y programas dirigidos a la infancia; Acordamos: Reiterar y fortalecer el compromiso asumido por los signatarios en el Plan de Acción de la Cumbre Mundial en Favor de la Infancia y del Acuerdo de Santiago y particularmente en alcanzar y sostener las Metas establecidas para el año 2000; Reafirmar la importancia de la familia como unidad fundamental de la sociedad para brindar la adecuada protección al niño, niña y adolescente, y proporcionarles las condiciones adecuadas para su desarrollo integral; Promover la amplia participación de la familia, niños, niñas, adolescentes y de todos los todos los grupos sociales en los procesos de análisis y eliminación de las barreras que limitan el alcance y sostenibilidad de las Metas. ; ello incluye a la familia, los propios niños, niñas y adolescentes, así como a las mujeres, personal que trabaja en los servicios sociales y escuelas y otros miembros de la sociedad civil; Reafirmar la importancia de la familia como unidad fundamental de la sociedad para brindar la adecuada protección al niño, niña y adolescente, y proporcionarles las condiciones adecuadas para su desarrollo integral; Participar con la sociedad civil organizada en la reducción de las inequidades existentes al interior de los países, sostener los avances alcanzados y reforzar las acciones tendientes a lograr las Metas de la Cumbre en aquellas áreas en que a la fecha no se han logrado los resultados esperados, tomando como referencia las acciones específicas que se incluyen en el Apéndice al presente documento. Hacer un llamado a los países acreedores para que, conjuntamente con los países deudores, consideren la adopción de fórmulas concretas que alivien el peso de la deuda a la vez que favorezcan la adopción de acciones en beneficio de la población en pobreza, particularmente la infancia; Incrementar la cooperación técnica horizontal entre países a fin de compartir estrategias y experiencias positivas que permitan acelerar los procesos necesarios para lograr las metas acordadas; Hacer un llamado a los organismos de cooperación técnica internacional, multilateral, bilateral, así como a la banca de desarrollo y a la comunidad no gubernamental para fortalecer aún más el Comité Coordinador Interagencial para el seguimiento de la Cumbre Mundial de la Infancia en las Américas, para que la cooperación técnica sea coherente y coordinada especialmente con los esfuerzos nacionales; CONSIDERACIONES FINALES. Expresamos nuestro agradecimiento al Gobierno del Perú por esta convocatoria, en particular a Su Excelencia el Señor Presidente de la República Ingeniero Alberto Fujimori Fujimori y a la Primera Dama Señorita Keiko Sofía Fujimori Higuchi; Agradecemos, a su vez, a UNICEF por el apoyo brindado a la iniciativa para reafirmar el compromiso de los Gobiernos de América con los niños, y las niñas y adolescentes de todos los países del hemisferio, así como a todas las Agencias del Sistema de las Naciones Unidas, los Organismos del Sistema Interamericano y las Agencias de Cooperación Internacional por sus valiosas contribuciones; La sede para la próxima reunión se decidirá por consulta a los Gobiernos que han formulado su generoso ofrecimiento para ello, por parte de la Dirección Regional de UNICEF; Expresamos nuestra solidaridad y hermandad con las naciones centroamericanas en estos momentos que sufren las consecuencias de fenómenos naturales que han generado cuantiosas pérdidas humanas y materiales. Se recomienda que estas metas y acciones se implementen en todos los países donde sean aplicables, ajustándose, según sea necesario, a la situación concreta de cada país en lo relativo al escalonamiento, las normas, las prioridades y la disponibilidad de recursos, y respetando las tradiciones culturales, religiosas y sociales. Las metas y acciones que sean particularmente pertinentes para la situación específica de un país, deberían ser agregadas en su Plan de Nacional de Acción.
Dado en Lima, Perú el 27 de Noviembre de 1998
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